Breve reseña sobre el Dr. Eduardo Usunoff



Eduardo Usunoff nació en Bahía Blanca, el 24 de septiembre de 1953. Se recibió de Licenciado en Ciencias Geológicas en marzo de 1979 en la Universidad Nacional del Sur. Apenas un año más tarde, viajó a España donde se especializó en Hidrología Subterránea en la Universidad Politécnica de Cataluña. De allí se trasladó a los Estados Unidos, donde en mayo de 1984 obtuvo el grado de Master of Science in Hydrology, y en agosto de 1988 se graduó como Ph. D. in Hydrology en la Universidad de Arizona.

Ese mismo año, apenas llegado a la Argentina, asume la dirección del Instituto de Hidrología de Llanuras. En el seno de esta institución es donde desarrolla toda su veta de investigador científico, habiendo publicado alrededor de 200 publicaciones en revistas de renombre, decenas de comunicaciones en eventos de su especialidad, y habiendo participado de más de 120 Congresos. Eduardo también desarrolló una extensa labor docente, ya que dictó más de 70 cursos de postgrado y fue profesor en la Universidad Nacional del Sur, la Universidad de Arizona, la Universidad Politécnica de Cataluña, la Universidad Nacional de Centro de la Provincia de Buenos Aires, el Instituto Nacional de Enseñanza Superior de Azul, la Universidad Nacional del Litoral, la Universidad de la República Oriental del Uruguay, entre otras. Fue también Director de la Maestría en Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional de La Pampa y, además, Miembro Titular del Consejo de Gestión de la Maestría en Teledetección y SIG de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Centro de la Provincia de Buenos Aires.

Debido al reconocimiento internacional del que gozaba Eduardo por parte de sus colegas, supo llevar adelante la función de revisor de revistas científicas tales como los Anales de la Asociación Argentina de Física, Hydrogeology Journal, Journal of Environmental Hydrology, Computer Applications in Hydraulic Engineering, Journal of South American Earth Sciences, Ecología Austral, Journal of Arid Environment, Environmental Geology, Ciencia Hoy, entre otras. Además se desempeñó como miembro de Comités Científicos de numerosos congresos nacionales e internacionales.

Fue también un gran formador de recursos humanos. Testigo de este trabajo silencioso son quienes han sido sus técnicos, becarios y tesistas de maestrías y doctorados a lo largo de tantos años, en los que dirigió más de veinte proyectos de investigación.

Eduardo también tuvo una prolífica labor de gestión, ya que fue evaluador en el área Ciencias de la Tierra, el Mar y la Atmósfera del Programa de Incentivos para Docentes Investigadores de la Secretaría de Políticas Universitarias, integrante de Comisiones Evaluadoras de proyectos y de científicos de CONICET, CIC y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, colaborador del Programa UNESCO/OEA Acuíferos Transfronterizos de las Américas, y también Presidente de la Junta Ejecutiva del Grupo Argentino de la Asociación Internacional de Hidrogeólogos.

Siempre estuvo vinculado a diferentes asociaciones profesionales. Era miembro del Consejo Superior Profesional de Geología, del Consejo Profesional de Ciencias Naturales, de la International Association of Hydrogeologists, de la National Ground Water Association, de la International Association for Environmental Hydrology, de la Asociación Latinoamericana de Hidrología Subterránea para el Desarrollo, de la Association of Geoscienstists for International Development, de la International Association of Hydrological Sciences, de la Asociación Bonaerense de Científicos, de la European Geophysical Society y de la Asociación Americana de Manejo Integrado de Cuencas Hidrográficas.

Al momento de su partida, el 8 de julio de 2008, se desempeñaba como Investigador Principal de la Comisión de Investigaciones Científicas e Investigador Clase I del Programa de Incentivos a Docentes Investigadores.

A pesar de la breve reseña anterior sobre su inmenso currículum, también debe señalarse que todo lo anteriormente detallado queda empequeñecido al momento de describir a Eduardo como compañero de trabajo. Fue un ser amable, conciliador, generoso…, y para quienes tuvieron la fortuna de haber compartido tantos años de proyectos en común, fue también un gran amigo. Por eso es tan sencillo comprender el motivo por cual se decidió de común acuerdo que esta institución lleve su nombre. Es un justo homenaje a la memoria de quien fuera protagonista de la vida del Instituto de Hidrología de Llanuras a lo largo de más de 20 años, durante los cuales inspiró una manera particular de trabajar en ciencia: con pasión y alegría.